Abdominoplastia
Al momento de pensar la estética corporal que uno proyecta, sin dudas la zona abdominal juega un papel clave. ¿Quién no desea para sí un abdomen plano, firme y terso, a la vez símbolo de salud y estandarte de una figura atractiva?
Pero, lamentablemente, hay que decir que el sueño de la tabla de lavar a pocas personas se les cumple. Y no sólo eso: son muchos los hombres y mujeres que sufren distintos problemas de forma, tamaño y consistencia en ese sector. Para intervenir en ese tipo de escenarios, existe la abdominoplastia.
La abdominoplastia es una cirugía plástica que tiene como primer objetivo eliminar contenido graso y piel sobrante en la estructura abdominal, al tiempo que lograr una mayor tensión en los músculos de ese lugar del cuerpo. La finalidad que persigue es la de aportar a la armonía entre abdomen, cintura y el tronco en general.
Se trata de una operación muy común en pacientes que presentan un déficit de tonalidad muscular debido a sedentarismo. También en personas con un elevado nivel de cúmulo de grasa o con exceso de piel flácida por adelgazamientos bruscos o partos.
La técnica empleada para este tipo de cirugías es la dermolipectomía. La misma consiste en la extirpación de piel y grasa a través de incisiones en zonas poco visibles o donde una cicatriz puede quedar disimulada sin dificultad, tales como el bajo vientre o alrededor del ombligo. Una vez completada esa etapa, se procede con una reconstrucción de la pared abdominal. Sólo en casos que sea necesario, el profesional actuante puede agregar a este procedimiento una liposucción frontal o lateral, para contornear flancos y caderas.
Las más de las veces una abdominoplastia se lleva adelante con anestesia general, demanda entre dos y cuatro horas de quirófano y una jornada completa de internación postoperatoria. Sólo frente a situaciones que ameritan una mini-abdominoplastia -intervenciones de complejidad menor, como ser la mera quita de un cúmulo de grasa debajo del ombligo- se puede proceder con sedación local y establecer un menor tiempo de estancia en clínica.
En lo que respecta a la recuperación, tras una cirugía de abdomen se debe seguir un cronograma de reposo que usualmente se extiende por dos semanas. Una vez transcurrido ese período, el o la paciente puede retornar a su rutina normal, claro que evitando esfuerzos físicos pronunciados. Durante el mes que sigue a la operación, es recomendable el empleo de faja abdominal y la realización de masajes específicos, con el propósito de colaborar en el proceso natural de recuperación epidérmica.
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